El calor: una amenaza latente para su automóvil en verano
No deje que el verano afecte a su compañero de ruta. Descubra cómo proteger su vehículo del calor extremo.
Las elevadas temperaturas durante los meses de verano representan un riesgo no solo para las personas, sino también para nuestros vehículos. Al igual que el frío, el calor incide negativamente en varios componentes clave, poniendo en juego su eficiencia, desempeño y prolongación de su vida útil. En efecto, se observa un aumento de hasta un 50% en los servicios de asistencia vial en aquellas jornadas de altas temperaturas.
Los sistemas del automóvil más vulnerables ante el alza térmica incluyen aspectos cruciales como los frenos, los cuales pierden capacidad de enfriamiento superando los 30°C, afectando a discos, pastillas y líquido de frenos. Los neumáticos no están exentos, ya que una presión incorrecta podría resultar en pinchazos y un desgaste acelerado, acortando su vida hasta en un 15%.
El aceite del coche, considerado su 'sangre' sin importar el tipo de motor, se evapora más rápidamente con el calor, arriesgando un funcionamiento deficiente al alcanzar niveles bajos. El motor también sufre por la disminución de oxígeno en el aire caliente, comprometiendo la combustión interna. Por ello, es crucial comprobar regularmente el nivel de refrigerante y aceite.
Otros componentes como la batería enfrentan un envejecimiento precoz; temperaturas superiores a 50°C pueden mermar hasta un 50% su durabilidad. Los limpiaparabrisas y el sistema de climatización también requieren inspecciones periódicas, ya que ambos pueden ser vulnerables al deterioro por altas temperaturas.
Para evitar incidencias y asegurar el correcto funcionamiento vehicular, es recomendable realizar un mantenimiento preventivo enfocado en estos puntos sensibles al calor. Asimismo, obtener la revisión técnica vehicular nunca ha sido tan sencillo y rápido, un proceso importante para garantizar la seguridad en carretera durante los meses más cálidos del año.